sábado, 10 de enero de 2015

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 497.-RAPACES (IGNACIO GONZÁLEZ OROZCO)

Título: RAPACES
Autor: IGNACIO GONZÁLEZ OROZCO
Editorial: MOIXONIA
Trama: Pablo, un ornitólogo mallorquín, por fin ha conseguido el sueño de su vida, ser conocido como un gran científico gracias a su descubrimiento sobre una especie de halcón prácticamente extinta. Mientras da un discurso en un centro académico de su ciudad natal, rememora cómo lo consiguió y cómo, a su pesar, se vio metido en una extraña intriga rural, procedente del pasado, en la que no sólo su vida, sino alguna más, corrió peligro.
Personajes: Pablo, un hombre normal, incluso tirando a mediocre hasta cierto punto, atrapado en un aburrido matrimonio, cuyo único afán es destacar en su profesión y que se ve metido, a su pesar, en una intriga con visos de drama rural, Tomeu, hostelero de la localidad, que sobrevive con su negocio pese a que, curiosamente, casi nunca se llena de huéspedes o inquilinos, Jaime, escritor madrileño que llega al pueblo en busca de inspiración para su próxima novela, arrogante y prepotente ante lo que considera una sociedad pueblerina, Elvira, amante de Jaime, hermosa y enigmática, que parece jugar a dos bandas entre Pablo y Jaime, Esteve, anciano campesino, humillado por los señores aunque siempre manteniendo su dignidad, una especie de memoria histórica de la población, amigo de Pablo, don Carlos, cacique del poblado e hijo del anterior cacique, que no permite que nada se haga ni se mueva sin su consentimiento, Anselmo, viejo amigo de Pablo cuyos negocios no parecen ser muy confesables.
Aspectos a Destacar: La descripción de una sociedad aún rural en la que, pese a la aparente modernidad que parecía vivirse en los estertores del franquismo, el caciquismo y su contrapunto, el miedo y el servilismo, aún estaban presentes, con la complacencia y las bendiciones de las autoridades.
La Frase: Esteve volvió a hablar, pero esta vez con la serenidad que sólo la posesión de la razón procura, aunque las palabras le dolieran en el fondo del alma. Eran muchos lustros de humillaciones sobre su familia, sobre todas las familias de la alquería. Aunque de natural tranquilo, las ofensas acosaban a Esteve como un cáncer incurable, que sin prisas pero con saña corroe las entrañas del ánimo más templado.

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