lunes, 6 de mayo de 2013

TOURÉ, UN DETECTIVE VASCO NACIDO EN BURKINA-FASSO

Si la novela negra vasca, hasta no hace mucho tiempo, no se había desarrollado excesivamente, aunque afortunadamente las cosas están cambiando, tanto por la labor de autores como de editoriales (en este enlace podéis observar algo de lo que se ha hecho hasta el momento: https://sites.google.com/site/escritoresvascosycriminales/galeria-de-escritores-vascos-y-criminales), menos aún se habían creado series por las que se diera continuidad a personajes que, de alguna manera, podrían llegar a ser representativos de sus autores y de la propia novela criminal vasca.
Sin embargo, también se está poniendo fin, poco a poco, a esa carencia. Personajes como Amaia Ezpeldoi, una mujer inteligente, sentimental, irónica, patriota y de condición sexual lesbiana, protagonista de varias de las novelas de Itxaro Borda, Felicidad Olaizola, la ertzaina protagonista de la obra criminal de Javier Otaola que, casualidad o no, comparte con Amaia Ezpeldoi su condición sexual o Pacho Murga, ese pijo bilbaíno creado por Juan Bas para su "Trilogía del Exceso" (Alacranes en su tinta, Voracidad y Ostras para Dimitri), así lo atestiguan. Sin olvidar, que para eso uno es el autor de este blog y de este artículo, a Mikel Goikoetxea, más conocido por Goiko, el exertzaina reciclado en detective que ha protagonizado mis novelas Pájaros sin alas y La luz muerta y en los próximos días repetirá protagonismo en la tercera entrega de la serie, La última batalla.
Pues bien, hay otro personaje que, de la mano de Jon Arretxe, se ha incorporado ya a ese elenco de personajes vascos de novela negra que dentro de poco se nos van a hacer imprescindibles. Se trata de Touré, el protagonista de 19 cámaras, un nativo de Burkina-Fasso que aterriza en Bilbao con el loable y honesto propósito de ganarse la vida y que, para llevarlo a cabo, se tendrá que hacer pasar por vidente e iniciar una doble carrera como cantante de ópera y detective, entre otras cosas, mientras se recorre el Bilbao más marginal y toma contacto, incidentalmente, con sus clases altas.

Al parecer Touré debe estar contento, o quizás tan sólo resignado, con ese nuevo oficio que tuvo que aprender a la fuerza, ya que tras su primera aventura reaparecerá dentro de poco en una nueva novela, 612 euros, cuyo título alude a la cantidad que se cobra por el salario social en Euskadi, en la que este vasco de origen subsahariano vestido habitualmente con una camiseta del Athletic (¿integración o peloteo?, yo creo que ni el propio autor está seguro de ello) se embarcará en una nueva investigación detectivesca gracias a la cual, además de consolidarse como un nuevo y potente personaje de novela negra, nos indicará que su creador, Jon Arretxe, es un autor al que merece la pena seguir en todas sus aventuras literarias.

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