martes, 7 de mayo de 2013

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 428.-LA HIJA DEL TIEMPO (JOSEPHINE TEY)

Título: LA HIJA DEL TIEMPO
Título original: THE DAUGHTER OF TIME
Autora: JOSEPHINE TEY
Editorial: RBA
Trama: Alan Grant, inspector de Scotland Yard, se encuentra recluido en una habitación de un hospital a causa de un accidente doméstico. Aburrido y sin nada especial que hacer, llega a sus manos un retrato de Ricardo III, quizás el rey más odiado por los ingleses. Interesado por su figura y pensando, tras estudiar el retrato, que su cara no es la del asesino despiadado del que todos hablan, decide investigar, con la ayuda de un estudiante de Historia, si los crímenes que se le achacaron fueron reales o imaginarios.
Personajes: Alan Grant, inspector de Scotland Yard, serio y riguroso, buen fisonomista y muy observador, por lo que ha adquirido, con el paso del tiempo, la capacidad de "adivinar", por el retrato, el carácter de las personas, Marta, Brent Carradine, joven estudiante de origen norteamericano, lo que le libra de prejuicios al tratar los temas británicos, apasionado de la historia y que no desdeña aceptar nuevas teorías, Marta Hallar, actriz amiga de Grant, culta y de personalidad arrolladora, la Enana y la Amazona, sobrenombre que Grant da a sus dos enfermeras, de carácter opuesto ambas pero a las que sólo les interesa que Grant se comporte como un "buen enfermo", el sargento Williams, subordinado de Grant y leal a él, eficaz en su trabajo aunque desinteresado por otro tipo de "historias".
Aspectos a Destacar: La habilidad con que la autora se sirve de una trama detectivesca y del personaje más habitual en sus novelas policíacas, el inspector Grant, para revisar la figura del rey inglés más polémico en la historia, Ricardo III / En 1990 la "Asociación de Escritores de Novela Negra" la declaró como la mejor novela de misterio de la historia.

La Frase: No era posible, decía, clasificar los rostros, pero sí caracterizarlos uno por uno. En una revisión de un célebre juicio, por ejemplo, donde las fotografías de los principales involucrados se mostraron por una cuestión de interés ciudadano, nunca hubo dudas de quién era el acusado y quién era el juez. De vez en cuando, un abogado, por su aspecto, podría haberse cambiado por el prisionero que estaba en el banquillo, a fin de cuentas, los abogados son una simple muestra de la humanidad, tan proclives a las pasiones y a la avaricia como el resto, pero los jueces poseen una cualidad especial, integridad e imparcialidad.

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