jueves, 7 de marzo de 2013

YA FALTA MENOS PARA AYER (EDUARDO IRIARTE)


LA NOVELA: La mañana del 14 de julio de 1985 apareció a los pies del mirador de la Media Luna el cadáver de una joven de quince años, Clara Esparza. Casi treinta años después, Dimas, su hermano, vuelve a Pamplona para rastrear los últimos días de su hermana y averiguar qué ocurrió en realidad durante aquellas fiestas de San Fermín que desembocaron en la tragedia. Contrastando recuerdos con todos los implicados en aquella turbia muerte, Dimas descubrirá que la memoria es un arma de doble filo. 
Ya falta menos para ayer es un ejercicio de memoria, una novela generacional en clave de misterio, un homenaje a la convulsa época de mediados de los ochenta y a la ciudad Pamplona.


EL AUTOR: Editor y traductor de profesión, Eduardo Iriarte (1968) lleva más dos décadas vinculado al mundo editorial. Tras cursar estudios de Filología Inglesa en la Universidad del País Vasco, obtuvo el Diploma in Translation of the Institute of Linguists of London, así como un título de Posgrado en Estudios Avanzados de Edición (Oxford Brookes University).
A lo largo de estos años -ligado en calidad de lector, traductor o editor externo a editoriales como Bruguera, Salamandra, Edhasa, Lumen (Random House-Mondadori), La Poesía, señor Hidalgo, Visor o Anagrama-, ha traducido novelas y ensayos de autores como Tom Wolfe, Gore Vidal, Kiran Desai, Jon McGregor, Patricia Cornwell, Nancy Huston, Elmore Leonard y Somerset Maugham, entre muchos otros.
Asimismo, ha publicado ediciones a su cargo de los poetas W.H. Auden, Louis McNeice, Stephen Spender, Jack Kerouac o Charles Bukowski, con cuya versión en castellano de Lo más importante es saber atravesar el fuego estuvo entre los finalistas al Premio Nacional de Traducción en 2004.
Por lo que respecta a publicaciones -además de prólogos a antologías y relatos breves- su primera novela, Simulacros de vida, vio la luz en 2002. Posteriormente ganó el XXIX Premio de Novela Gabriel Sijé con Sombras lentas que caen, que se publicó en 2005, y dos años después se alzó con el Premio de Novela Francisco Umbral con su obra Más allá de la fragua.
Tras ser galardonado con el III Premio Logroño por Las huellas erradas, compagina las tareas de edición y traducción con la escritura de su siguiente novela.

Artículo publicado en el periódico Noticias de Navarra (http://www.noticiasdenavarra.com/) el 7 de marzo de 2013. Redactora: Ana Oliveira Lizarribar
La mañana del 14 de julio de 1985 apareció a los pies del mirador de la Media Luna el cadáver de la joven de 15 años Clara Esparza. Treinta años después, Dimas, su hermano, vuelve a Pamplona para rastrear los últimos días de su hermana y averiguar qué ocurrió en realidad durante aquellas fiestas de San Fermín que acabaron en tragedia. Este es el planteamiento de Ya falta menos para ayer, la novela más personal del escritor navarro Eduardo Iriarte, que, con la excusa argumental de resolver un misterio del pasado, retrata una ciudad convulsa marcada por la droga, la violencia terrorista y la represión policial.
El libro salió a la venta el pasado lunes en formato digital a través del sello Libros del Arga, creado entre Iriarte y un grupo de colaboradores para editar online todas las novelas que ha publicado hasta la fecha en editoriales convencionales, dominando, así, todo el proceso. Precisamente, la posibilidad de controlar todos los detalles ha sido una de las razones por las que el escritor pamplonés ha editado Ya falta menos para ayer directamente de este modo. "No es un libro autobiográfico, pero sí muy personal, así que quería hacerlo todo exactamente como lo había pensado", dice. Además, junto a la novela, el autor ha creado un blog en el que irá introduciendo fotografías de aquellos Sanfermines o de temas relacionados con el argumento, y pronto colgará en Spotify las canciones que van apareciendo en el relato y que en algunos casos juegan un papel decisivo en la resolución de la trama.
Esta historia nace, pues, envuelta en muchos elementos que demuestran la necesidad que tenía Iriarte de hablar de aquellos años. Quería aportar mi punto de vista y esperar a ver qué piensa la gente de mi generación; tengo mucha curiosidad por saber cuál será la respuesta de esas personas, apunta. Quizá es ese estímulo íntimo lo que le ha permitido escribir el texto de un tirón. Supongo que es algo generacional, cuando llegas a los cuarenta y pico años ya puedes hacer balance de lo vivido en la primera juventud y a mí me ha resultado muy fácil hacer memoria, cuenta, aunque a posteriori sí echó mano de la hemeroteca y de archivos.
El escritor es plenamente consciente de que se ha metido en un berenjenal importante, ya que los 80 fueron un tiempo de mucha crispación en esta tierra, pero cuando empecé a escribir me di cuenta de que no podía obviar esos temas. Fue la época que nos tocó vivir; un día ponían una bomba delante de tu instituto y morían dos policías, a la semana siguiente detenían a alguien por pertenencia a banda armada, había manifestaciones constantes... Y lo curioso, añade, es que a los 14 o 15 años todo eso -incluida la presencia de la heroína- lo teníamos asimilado como algo natural, y ahora, transcurridos casi treinta años, te das cuenta de que fue un tiempo tremendo. En todo caso, Iriarte quiere dejar claro que este es su pequeño homenaje a Pamplona y también a sus fiestas, que también refleja desde una perspectiva propia. Entiendo que habrá gente que no estará de acuerdo, pero he querido plasmar mi visión. Un punto de vista desde dentro en el que deja fuera el apartado taurino porque no me interesa y apuesta por contar cómo se viven las fiestas en la calle, en los conciertos, de forma que la cuestión resulte interesante tanto para quienes conocen los Sanfermines, pero también para las personas que los han visitado alguna vez, pero no han llegado a ese nivel, y a las que solo han oído hablar de ellos. Asimismo, el autor ha pretendido actualizar la percepción que otros autores han difundido de esta cita, caso de Hemingway y Fiesta, una gran novela, cuya idea de los Sanfermines, sin embargo, queda obsoleta a día de hoy.
En esta nueva incursión literaria, el escritor y traductor vuelve a manejar el concepto de huida o de imposibilidad de volver a casa habitual en sus otros trabajos, encarnado aquí en el personaje de Dimas, que vive dos experiencias paralelas: por un lado, es el hermano de duelo y, por otro, es el pamplonés que hace tiempo que se fue de su ciudad natal y regresa con una mirada diferente en la que confluyen el autóctono y el forastero. Iriarte reconoce que este aspecto es claramente biográfico, ya que él también salió de Pamplona a los 17 años y, a pesar de que vuelve más a menudo que el protagonista, sí tiene esa sensación, esa capacidad para ver las cosas con distancia, desde los márgenes.
La memoria es otro de los grandes temas de esta novela en la que se plantea un juego constante, y es que a medida que Dimas se encuentra con los distintos amigos con los que vivió aquellos Sanfermines de 1985 y contrasta lo que recuerda cada uno, queda en evidencia cómo vamos deformando los recuerdos y reelaborándolos para construir una realidad alternativa. De hecho, a veces es la única forma para superar acontecimientos traumáticos.
Desde Barcelona, donde vive y trabaja, Eduardo Iriarte espera ya con muchas ganas que los lectores de su ciudad lean esta historia que ha escrito con más facilidad que otros textos y con la que, a pesar de la atmósfera reinante entonces, rinde homenaje a los años de su primera juventud, cuando tuvo vivencias que, al igual que en el caso de los personajes del libro, determinan en parte lo que es hoy.

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