jueves, 15 de marzo de 2012

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 343.-BEAUTIFUL RHODESIA (CARLOS ERICE AZANZA)


Título: BEAUTIFUL RHODESIA
Autor: CARLOS ERICE AZANZA
Editorial: LEDORIA
Trama: Ainhoa, hija del embajador español en Zimbabwe es asesinada a la salida de un lujoso club nocturno, tras despedirse de un amigo de raza negra. Para evitar tanto un conflicto diplomático como la generación de actos racistas de represalia en la propia España, el gobierno español enviará a Zimbabwe a un agente del CNI, para que colabore con la policía local en la investigación del asesinato.
Personajes: Sandra Bokosa, joven policía zimbabwa, madre de un pareja de gemelos y abandona por su marido, que intenta hacer un trabajo lo más digno posible pese a las dificultades que la rodean, Miguel Arnaiz, agente del CNI (centro Nacional de Inteligencia), ex guardia civil con experiencia en Euskadi, al que los años en la profesión le han hecho ser bastante escéptico, Terry Spears, antiguo combatiente durante la II Guerra Mundial como piloto de la RAF, rhodesiano partidario del régimen racista que durante una época se constituyó como República independiente, el inspector Mugarari, superior de Sandra, eficiente burócrata al que no le gustan las complicaciones, Martin Bambridge, antiguo militar rhodesiano (no zimbabwo), partidario de la supremacía blanca, que sin ningún motivo especial y sin haber sido contactado de antemano, se ofrece voluntariamente a ayudar a Arnaiz
Aspectos a Destacar: La aproximación a la situación de un país que, pese a su descolonización, sigue sufriendo problemas derivados tanto de la guerra como de la corrupción instalada institucionalmente y en la que si han desaparecido (aparentemente) las barreras raciales, se han agrandado las económicas / El uso de un escenario (la antigua Rhodesia, el nuevo Zimbabwe) atípico entre los escritores en lengua española / Obra ganadora del "III Certamen de Novela Correduría de Seguros López-Torrijos".
La Frase: El hambre, siempre el hambre. Tan cerca, tan alrededor. Como al hambre le acompaña siempre la desesperación, muchos hombres emigraban a Sudáfrica, en busca de un trabajo que les ayudara a mantener a sus familias. Cada noche cruzaban ilegalmente la frontera, alambrada y electrificada. Por docenas. La policía sudafricana, ahora multirracial, perseguía a los inmigrantes ilegales con la misma saña con la que se empleaba la policía blanca contra los negros en los tiempos del apartheid.

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