viernes, 21 de octubre de 2011

LA CARTA DE YON (JULIO VILA ALBERT)


Emotiva historia narrada con gran sensibilidad. El conflicto político reinante en el País Vasco marca la pauta de este ágil relato, que, entre ideologías, costumbres y pasiones, contempla distintas formas de sentir un amor verdadero.

Artículo publicado en el periódico Diario Vasco el 21 de octubre de 2011. Redactor: F. Ibargutxi.
 Julio Vila Albert (Zestoa, Gipuzkoa, 1971) ha publicado su segunda novela: La carta de Yon (Edit. Hiria). No aparece la palabra ETA, pero no cabe duda de que es un relato político, dijo el autor en la presentación de ayer en San Sebastián.
El protagonista principal es Andoitz, un redactor de la sección de ciclismo del diario deportivo parisno L'Equipe. La acción transcurre en dos épocas: 1977 y 1998. Por un lado, en 1977 sucede la muerte de un chaval de 13 años; por otro, en 1998 Andoitz decide volver a su pueblo, San Juan de Alai, situado en el País Vasco.
El conflicto vasco está muy presente. Es un relato político, pero las emociones son clave en el relato. Se habla de un amor ciego, de un amor muy intenso que se puede sentir por una tierra, por una lengua, dijo ayer el escritor.
Julio Vila ha querido jugar entre lo ficticio y lo real, y lo local y lo universal.«Hay muchos pueblos que se pueden identificar con San Juan de Alai, pero también aparece, a lo largo de dos capítulos, Ajacio, la capital de Córcega, prosiguió el autor, que en la presentación de ayer estuvo acompañado por el periodista y promotor musical Iñigo Asensio.
Acerca del título, Julio Vila dijo que he puesto Yon con Y para, si por casualidad alguien de Granada ve la portada, enganche automáticamente con la historia.
Julio Vila está afincado en San Sebastián. Publicó su primera novela en 2007 -Confesiones de un disc jockey (Edit. Erroteta)- tras varios años dedicado a labores relacionadas con la música, entre otras cosas como columnista en una revista musical de difusión nacional.
Julio Vila trabajó dj con el sobrenombre de Julius Mc. Confesiones de un Disc Jockey narraba sin tapujos las vivencias de un pinchadiscos; un joven melómano que se adentra en el epicentro de una cultura definida por las drogas de diseño y las luces de neón. En la historia se narra cómo el auge de las discotecas de corte vanguardista provoca un giro radical en el mundo de la noche. El joven protagonista conoce el amor incondicional mientras entra a formar parte de esta industria de ensueño superando, contra todo pronóstico, decenas de barreras físicas, sentimentales y económicas.

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