jueves, 25 de junio de 2009

ANTES DE QUE TODO SE DERRUMBE

Manuel Aldazabal, también llamado a veces Imanol, y casi siempre Manolo, parecía destinado a una vida gris y conformista. Sin embargo, el azar y una mentira- o más bien, una confusión- acabaron convirtiéndole en un icono de la lucha por las libertades democráticas en Euskadi en los años setenta, y así se fue fraguando una exitosa carrera política que, veinticinco años después, aún no lo había dado todo de sí. Pero un día una inesperada llamada de teléfono amenaza con desvelar esa mentira en la que ha estado viviendo Manuel Aldazabal el último cuarto de siglo, y desde ese momento parece que su vida comienza a desmoronarse.

EL CORREO (Elena Sierra)
El Excelentísimo Señor don Manuel Aldazábal Gorostizaga, Manolo, Imanol para los íntimos, se encuentra cierto día preguntándose si su vida habría sido lo que es si «una serie de circunstancias no me hubieran convertido, a mí, en el hombre mediocre e insignificante por antonomasia, en un auténtico héroe de la Transición». La casualidad, el error y la inercia en la existencia de un 'hombre normal', aderezado todo ello con política e intriga, son los mimbres con los que el escritor bilbaíno José Javier Abasolo ha trenzado su última novela, Antes de que todo se derrumbe.
Con este libro, publicado por Algaida, Abasolo (1957) logró el VIII Premio de Narrativa Francisco García Pavón, del Ayuntamiento de Tomelloso. Y en él el autor vuelve a utilizar la novela negra como método con el que acercarse al «momento que vivimos. No en vano se ha dicho que este género es la novela social de hoy», explica uno de los autores vascos más conocidos en este campo.
En Antes de que todo se derrumbe, Abasolo ha optado por no hacer matar ni hacer morir a los personajes, sino por adentrarse en el chantaje, un delito que prácticamente consiste en señalar como culpable a la propia víctima. «Me interesaba tratar eso: cómo el chantajeado no puede contarlo, está más indefenso que ante un robo o un asesinato, porque tiene algo que ocultar; si no, no habría problema», dice el autor de la novela. Manolo, el protagonista, es consciente de que su éxito surge de una mentira, pero sin embargo en ningún momento la propició él. «Es un hombre que se ha dejado llevar en la vida, no es un político corrupto ni especialmente malvado. Aprovecha la oportunidad», resalta el escritor bilbaíno. Un error, más que una mentira, que alguien quiere hacerle pagar.
Abasolo ha querido retratar a un hombre «mediocre, pero no con un sentido peyorativo, sino como alguien normal. Como somos la mayoría: hacemos nuestra vida como podemos». Y lo ha puesto ante algo más que la mentira, ante «lo que hay que hacer después para que no salga a la luz». Todo ello en el marco de la Transición, un momento que define como «muy interesante» como autor y como lector. «Yola viví con 20 años y me parece una época apasionante», señala.

GARA
Antes de que todo se derrumbe transcurre en dos tiempos: el actual y el de la Transición. Su protagonista es Manuel Aldazabal, un dirigente vasco de centro derecha que un día recibe una llamada anónima en la que alguien le dice que sabe que miente sobre su pasado. Desde ese momento, la novela transcurre en un intento de descubrir al chantajista, mientras el protagonista va recordando los tiempos del pasado.
«Quería escribir sobre la Transición, porque es una época muy interesante que yo viví con veinte años, en la Universidad», recuerda el autor. «Siempre he sido muy aficionado al género negro como lector y todo lo que he escrito era de este estilo. Pero cuando empecé a escribir esta novela, pensé que se escaparía del género: no hay un cadáver, no hay un atraco. Además, la intriga es más suave, se desvelan pronto algunas claves. Elegí un chantaje como trama y el chantajeado no es una persona que despierte mucha solidaridad, es alguien que está muy solo en esa situación». Por si fuera poco, el protagonista del libro de Abasolo es un hombre gris, un oportunista que no despierta muchas simpatías. «Quería huir del héroe clásico que lucha contra la adversidad, que se sobrepone. Este hombre es un poco como somos la mayoría, alguien que hace lo que puede y que se deja llevar por las situaciones. El problema es que ha basado toda su carrera profesional en una mentira que amenaza con desvelarse».
Eligió a un político de derechas como protagonista, pero en ningún caso estamos ante una novela política, avisa Abasolo. «Lo que pasa es que a mí me gusta escribir sobre la realidad y, para lo bueno o para lo malo, estamos en un país en el que la política está muy presente. Muchas veces digo que si fuera ruso, mis novelas irían en torno a las mafias, pero soy vasco y uso la política como material para construir las novelas. De ninguna manera quiero demostrar nada porque creo que el lector es suficientemente mayor como para pensar por su cuenta». Si Bilbo es el escenario principal de sus libros. «A veces digo que es por pereza. No necesito documentarme porque ya me conozco la ciudad. Y, dentro de lo que cabe, me gusta hacer algo de crónica sobre mi país». Abasolo trabaja como funcionario en el Gobierno de Lakua. «No me planteo la literatura como un medio de vida, pero a la hora de escribir sí que lo hago como un trabajo».


PERIÓDICO MUNICIPAL BILBAO (Álex Oviedo)
El jurado la definió como "una novela policíaca de excelente construcción", pero es verdad que está escrita como una forma de alejarme de los parámetros habituales, hay un trabajo introspectivo muy fuerte, aunque recurro a las anécdotas para definir a los personajes. No es autobiográfica pero sí más personal. Y Bilbao aparece porque es la ciudad en la que vivo y que mejor conozco. No se puede escribir novela negra alejándose del entorno que nos rodea.
La novela está ambientada en la transición española. ¿A qué se debe?
Me atraía hablar de una época apasionante porque fue la de nuestra juventud pero además la que abría un periodo después de la dictadura lleno de expectativas y esperanzas. Creo además que apenas hay novelas sobre lo que significó de verdad la Transición, quizás porque aún falta la perspectiva adecuada.
El protagonista recuerda en ocasiones a los personajes de Pedro Ugarte, incluso hay un pequeño homenaje a él-
Quizás las similitudes se deban a que de mis obras es la que más tiene de generacional, de vuelta atrás sobre nuestro pasado. Y el personaje se deja 1levar, se aprovecha de los equívocos, de las situaciones que no ha creado pero que le favorecen, pero que se vuelven contra él en forma de chantaje,


REVISTA DIGITAL LA GANGSTERERA (José Ramón Gómez Cabezas)
Si por algo se ha caracterizado la narrativa de José Javier Abasolo, ha sido por su capacidad para dirigir nuestra atención hacia una realidad social preocupante, plena de convulsiones y lejos de la abstracción existencial de la que abusan otros muchos cronistas del País Vasco.
José Javier ha construido a lo largo de sus cinco novelas un universo particular, donde todo discurso tiene cabida, donde las voces del pueblo se escuchan en boca de sus verdaderos protagonistas, elige para ello la mejor vía de comunicación posible, la novela negra.
En este caso, Manuel Aldazabal Gorostizaga, Imanol para algunos, es un dirigente vasco de centro derecha, presidente de "la Fundación para el Proyecto de los Valores Humanos", como político, arrollador, incuestionable, de trayectoria intachable; como persona, un hombre gris, pusilánime y autocompasivo, un oportunista que no despierta muchas simpatías, que se deja llevar por las situaciones y que oculta una mentira sobre la que ha construido su vida actual.
Será una inoportuna llamada, lo que hará desaparecer bruscamente la estabilidad en la vida de Manuel, llamada que se produce en medio del homenaje que su partido y el mismísimo presidente del gobierno le están rindiendo tras convertirse en un icono de la lucha por las libertades democráticas en Euskadi. Una irreconocible voz materializará todos sus miedos en pesadillas y le arrastrará irremediablemente por su pasado. Desde ese momento, la novela transcurre en un frenético intento por descubrir al misterioso personaje que amenaza con arruinar su vida.
Es en el Bilbao de la transición donde comienza la meteórica carrera de Manuel, una fotografía esconde el secreto de su fulgurante éxito, la misteriosa voz lo conoce y torturará su conciencia a base de martilleantes recuerdos hasta conseguir su propósito. Su vida empieza a desmoronarse y viajará continuamente por su pasado reciente para intentar encontrar en él al verdadero protagonista de este maquiavélico plan.
Una vez más, José Javier Abasolo consigue sorprender con una trama inquietante, capaz de mantener la tensión hasta las dos últimas páginas del libro. La narración en primera persona de "Antes de que todo se derrumbe" le confiere cierto grado de intimidad cercano a la confesión que si bien no podemos etiquetar de novela policial pura y dura, la prosa ágil y contundente del relato le otorga un plus de personalidad cercano a la negrura.
Con esta novela obtiene el IX Premio de Narrativa Francisco García Pavón, anteriormente con su opera prima "Lejos de aquel instante" obtuvo en 1996 el Premio de Novela Prensa Canaria y fue candidata al Premio Hammett de la Semana Negra de Gijón a la mejor novela policíaca en castellano, todo lo cual confirma a José Javier como uno de los autores españoles de género negro mas destacados del panorama actual, cuya proyección en otros países empieza a resultar imparable con la traducción de su obra al francés.


REVISTA DIGITAL “COMUNIDAD ESCOLAR”
Nueva entrega de uno de nuestros más festejados y premiados de nuestros escritores de novela negra que, desde su opera prima Lejos de aquel instante (1996) no ha dejado de asombrar con sus historias. Esta que ahora se nos presenta ha sido ya distinguida con el IX Premio de Narrativa Francisco García Pavón y aborda el caso de una impostura política, la de un hombre que se ve aupado artificialmente como un icono de la lucha por las libertades democráticas, construyendo una exitosa realidad profesional sobre esa mentira.


DIARIO VASCO (Álvaro Bermejo)
Más que a Dashiel Hammet sus novelas recuerdan la ironía de Simenon, prometen tramas inquietantes y mantienen la tensión hasta el final. Esta vez Javier Abásolo pone en escena a un falso icono de las libertades en Euskadi quien, de pronto, se ve sometido a un grotesco chantaje. Acérquense al misterio 'Antes de que todo se derrumbe'. Excelente género negro con genuino label vasco.
La clave de su novela es una fotografía que nunca veremos, pese a que, en su día, proyectó a su protagonista al rango de héroe de la democracia. ¿Se trata de una alegoría sobre tantos falsos prestigios de la Transición en Euskadi?
En realidad lo que más me interesaba era diseccionar las consecuencias de basar el ascenso profesional, social e incluso político sobre una mentira y, sobre todo, hasta dónde se puede llegar después para defender esa mentira
Bajo las formas de una novela de intriga, ¿nos está sirviendo una sátira política o más bien una comedia social sobre aquellos tiempos?
El que el protagonista sea un político es meramente instrumental, elegí esa condición porque está más obligado que el resto de la gente, si cabe, a tener un historial transparente e irreprochable.
A su protagonista, Manuel Aldazábal, hay quien le llama Imanol y hay quien le llama Manuel. ¿Qué nombre le servirá más en su carrera política?
- Teniendo en cuenta su ideología, Manuel. Aunque afortunadamente ese debate está ya superado, hubo una época en que según te llamaras Manuel o Imanol te adjudicaban una ideología u otra, incluso un Delegado del Gobierno llegó a decir que quienes tenían nombres en euskera eran más proclives a militar en ETA.
«Mientras no se sea un desastre total, los partidos prefieren la mediocridad a la genialidad». Entonces, ¿la clave del éxito está al alcance de cualquiera?
Hace tiempo que dejé de creer en eso del «sueño americano». Generalizar sería injusto, pero me da la impresión de que lo más importante para tener éxito es, sobre todo, saber acercarse a los que mandan y serles útil sin molestar demasiado.
Franco le dio un célebre consejo al joven Juan Carlos: «Tú sé leal a tu padre, pero actúa por tu cuenta». En realidad, ¿iba dirigido a toda una generación?
Me da la impresión de que la intencionalidad del consejo era más bien separarle de ese núcleo liberal-conservador que se agrupaba alrededor de don Juan y quería democratizar, dentro de un orden, el régimen franquista.
¿Cómo se vivía entonces la tensión entre el miedo a la libertad y el anhelo de acceder a ella de manera plena?
Con mucha esperanza. Con la muerte del dictador se abría una nueva época en la que estaba todo por hacer y confiábamos en que el futuro fuera maravilloso y nos diera lo que anhelábamos y, en nuestra ingenuidad, pensábamos que nos merecíamos.
En el País Vasco de entonces, ¿se hacía mucha política ficción a cuenta de los ciudadanos?
Sí, lo mismo que ahora, con la diferencia de que entonces teníamos derecho a ser ingenuos porque el final del régimen franquista nos llenaba de esperanza e ilusiones en un futuro mucho mejor.
Durante la dictadura, ETA no cometió más de cuarenta asesinatos, mientras que de la Transición en adelante se acercó al millar. Algún día, ¿podremos entenderlo?
Si algún día podemos entender por qué se usa la violencia para conseguir un objetivo político, podremos entender también sus diferentes estrategias pero, por suerte o por desgracia, yo creo que nunca lo entenderé.
Tras dos amnistías generales y dos treguas parciales, ¿qué opinión le merece la última declaración de Alto el fuego permanente?
Más que una opinión tengo un deseo, el de que se convierta en algo definitivo. Soy padre y quiero que mis hijos crezcan en un país sin violencia, en el que todas las personas puedan vivir en libertad y con respeto mutuo.
Treinta años después, ¿viene una Segunda Transición?
Si ETA desaparece la situación cambia por completo y se le llame como se le llame, cuando una situación cambia radicalmente se produce una Transición.
La Transición fue sobreabundante en utopías políticas, pero apenas se plantearon utopías sociales. En el País Vasco de hoy, ¿queda más de una reconciliación pendiente?
Para llegar a eso, más que grandes proclamas y parafernalias al uso será imprescindible que aprendamos a meternos en la piel del «otro», sólo así comprenderíamos mejor sus necesidades y sufrimientos.
Su protagonista utiliza la carrera política para medrar en sociedad. En realidad, ¿carece de una ideología concreta?
Aldazabal no es tanto un político corrupto como una persona sin carácter que «se deja llevar». Por lo demás, responde a un tipo de ciudadano muy abundante en la época, el que estaba de un modo difuso a favor de la democracia y los derechos humanos pero que prefería «no meterse en líos», para no tener problemas en su entorno.
Y usted, ¿cómo compatibiliza una visión tan satírica de la vida con su trabajo en el Gobierno Vasco?
Quizás porque, como en el chiste, cuando toca setas voy de setas y cuando toca rólex, voy de rólex. Además no considero incompatible tener esa visión de la vida con trabajar en la Administración, es más, yo creo que la acrecienta.
Durante la Transición Bilbao y San Sebastián parecían dos ciudades ansiosas por redescubrirse mutuamente. Hoy, ¿hemos perdido la curiosidad mutua?
Euskadi es un país pequeño y las distancias entre nuestras ciudades son inferiores a las que hay en el interior de muchas grandes urbes del mundo. Sería absurdo ignorarnos en lugar de aprovecharnos de la riqueza que supone tener en nuestro país dos ciudades tan vitales y pujantes.
Entre 'El hijo del acordeonista' de Bernardo Atxaga y 'Verdes valles, Colinas rojas', de Ramiro Pinilla, hay dos visiones muy diferentes de la historia reciente de Euskadi. ¿Cuál siente más cercana?
Creo que tenemos que acostumbrarnos a que las visiones diferentes no son opuestas sino complementarias. Sumando dos buenos escritores podremos obtener una imagen más ajustada del país que con uno solo.
Albert Camus dijo aquello de que los escritores de verdad no tienen patria. Usted, ¿se siente especialmente extranjero en el País Vasco?
No, yo soy vasco y me siento a gusto en mi país. Además no me gusta esa palabra, «extranjero», puede parecer utópico pero creo que nadie debería ser considerado extranjero en ningún lugar del mundo.
De todos los futuros que nos regalan cada mañana los medios de comunicación, ¿se reconoce en alguno o aún no ha encontrado el suyo?
Afortunadamente aún no he encontrado el mío. Eso es lo bonito de estar vivo, que cada día nuevo que amanece tenemos por delante el futuro, aunque no soy un ingenuo y sé que no siempre depende de nosotros mismos el construirlo.
En este umbral del siglo XXI y de la globalización, ¿quedan utopías por las que merezca la pena luchar, «antes de que todo se derrumbe»?
El día que dejemos de creer en que un mundo mejor es posible, estaremos muertos. Y quizás en el fondo no sea tan difícil, quizás tan sólo necesitemos «redescubrir» al ser humano que todos llevamos dentro.


DEIA (Rosana Lakunza)
Acaba de presentar en sociedad su sexta novela, titulada Antes de que todo se derrumbe, que se ha editado tras haber obtenido en julio el premio de narrativa Francisco García Pavón. A José Javier Abasolo le gusta el género negro como lector y ése es su punto de apoyo a la hora de escribir. Como novelista también mantiene su interés por el tema. Asiste de forma asidua a la Semana Negra de Gijón y fue invitado como ponente a las europeas de novela negra celebrada en Barcelona.
¿Es importante ganar un premio para un escritor?
Es importante porque a todo el mundo le gusta que le valoren su trabajo y es importante porque ayuda a la difusión de la novela, eso por supuesto.
Usted es abogado. ¿Existe alguna relación entre su profesión y su interés por la novela negra?
No, creo que no. En mi caso surge una pasión por este género cuando era más joven y como lector. Me gusta y me encanta escribir.
Los escritores de novela negra tienden a mantener un personaje fijo en sus libros y hacerle vivir historias diferentes. Sin embargo, en su caso da un vuelco a esta estrategia.
Yo me obligo a escribir algo diferente, quizá los escritores tengamos la tendencia a escribir siempre la misma novela. En este último libro, marco las diferencias mucho más con los anteriores.
Muchos no consideran que la novela negra deba ser considerada literatura.
Antes discutía sobre este tema, ahora ya no digo nada. La novela es buena o mala. Para mí ese debate está superado totalmente.
Trabaja en la administración, que, dicho sea de paso, tiene mala prensa. ¿Es por eso que tiene tiempo para escribir novelas?
Ja, ja, ja. Sí que tiene un poco de mala prensa. El trabajar en la administración pública o en cualquier empresa privada da una tranquilidad más que tiempo. Al final el tiempo lo sacas de donde puedes. En mi caso se lo quito a la familia no a la administración.
¿No le tienta escribir una novela negra sobre Marbella?
Hace poco ha salido una novela sobre esta ciudad. Se puede escribir una trama sobre la novela negra urbanística, al final está todo relacionado.
¿Le lleva mucho tiempo plantearse una novela?
No, no puedo permitirme el lujo de planteármela mucho tiempo. Cuando tengo una idea me pongo a escribir y hay cosas que me salen bien, y otras, cuando he llegado a la página treinta he dicho que no sirve y lo he dejado.
“Antes de que todo se derrumbe” tiene como línea argumental el secreto oscuro de un político de centro derecha al que se le hace un homenaje.
Es algo instrumental, no he querido hacer sangre con esa época, ni con los políticos, es una novela. Podía haber sido de otro gremio, un deportista. Con el político tenía ciertas ventajas.
¿Por ejemplo?
El periodo de la transición, en la novela se hacen constantes referencias a este tiempo. También está la transparencia ya que a un político se le exige que sea mayor por lo que puede ser fácilmente chantajeado.
La simbiosis política y transparencia parece muy difícil, por lo menos en estos tiempos.
Esto es ficción, es una novela que aprovecha circunstancia para crear una trama.
¿La época es una ensoñación romántica de juventud?
Es una época que viví yo siendo joven, pero no creo que el referente para la novela sea el romanticismo del pasado o de los años de juventud.

EL NORTE DE CASTILLA (17 de marzo de 2007). Crítica de Clemente Barahona
José Javier Abasolo es un escritor con una larga trayectoria literaria como autor de novela negra. Hasta el momento ha publicado los siguientes libros: Lejos de aquel instante 1997; Nadie es inocente, 1998; Una investigación ficticia, Hollywood-Bilbao, 2004; El color de los muertos 2005 y Antes de que todo se derrumbe, Premio de Narrativa García Pavón 2005.
Esta última novela de Abasolo es de lo más entretenida. La trama es interesante. El protagonista se llama Manuel Aldazabal Gorostizaga, Imanol para algunos. Es un dirigente vasco de centro-derecha, presidente de la Fundación para el Proyecto de los Valores Humanos. Como político posee unas cualidades más que satisfactorias, es arrollador, honrado, incuestionable y de trayectoria intachable; como persona, un hombre gris, pusilánime y autocompasivo, un oportunista que no despierta muchas simpatías, que se deja llevar por las situaciones y que oculta una mentira sobre la que ha construido su vida actual. Esa mentira del pasado va a ser el meollo de toda la historia.
Manuel lleva una vida apacible y hasta placentera junto a la encantadora Lali, su mujer. Todo empezará a derrumbarse con una inesperada e inoportuna llamada telefónica que hará desaparecer bruscamente ese bienestar en la vida del político. Llamada que se produce en medio del homenaje que su partido y el mismísimo Presidente del Gobierno le están rindiendo tras convertirse en un icono de la lucha por las libertades democráticas en el País Vasco. Una lejana y no del todo desconocida voz materializará todos sus miedos en pesadillas. Desde ese momento, la novela transcurre en un frenético intento por descubrir al misterioso personaje que amenaza con arruinar su vida, aunque, desde un principio, está la sospecha presente, y se llama Julián. La acción transcurre en el Bilbao de la Transición y es en esa ciudad donde comienza su fulgurante carrera política, pero una fotografía esconde el secreto de su inesperado éxito, y ese secreto es conocido por la misteriosa voz que le chantajea.
El autor consigue con su forma de contar que queramos llegar pronto al final, un final sorprendente. Es cierto que en algún momento el ritmo de la narración decae, pero pronto se recupera. Les recomiendo su lectura.